41 años forjando campeones y creando futuro
Pocos como él pueden contar una historia de 64 años vinculado a un deporte como el tenis. Comenzó a jugarlo desde que tenía 8 años y poco a poco se convirtió en tenista profesional, con importantes reconocimientos nacionales e internacionales; luego se preparó como entrenador en Estados Unidos y al regresar fundó la Academia Colombiana de Tenis (ACT), que hoy es el máximo referente de este deporte en el país.
Son 41 años los que lleva Uriel Oquendo dedicado, como dice su lema, ‘a forjar campeones y crear futuro’, convencido de que el tenis es un deporte para la vida, que permite aprender valores, socializar, y formar grandes personas y deportistas.
“Me hace feliz celebrar estos 41 años. Es un premio muy grande. Es un
sentimiento increíble haber aportado al deporte del tenis y a muchísimas personas lo que se ha aportado; por aquí han pasado veinte mil jugadores de tenis”, afirma emocionado nuestro director y fundador de la ACT.
Una historia de la que puede hablar por horas, porque son muchos los temas relacionados con la Academia Colombiana de Tenis en este tiempo: fue sede de la Copa Davis, de la Copa Federación y de la Copa Colsánitas, que él mismo ayudó a fundar, y en sus canchas han vivido momentos inolvidables tenistas aficionados y profesionales, sus familias, amigos y compañeros, porque el tenis une y crea lazos importantes.
“Enseñamos y creamos una ola, para que los entrenadores aprendieran a entrenar en grupo y que más gente jugara tenis. Además, tenemos más de 120 estudiantes de la Academia que han sido becados en universidades de Estados Unidos; muchos en grado uno, que es el máximo; pero también tenemos médicos, presidentes de bancos, ingenieros. Es decir, logramos triunfos en el deporte, pero también en la vida en general, y eso es lo que nos motiva a seguir trabajando”, explica orgulloso don Uriel.
Él, que se siente feliz por lo vivido en el tenis y lo que ha dejado al y desde el deporte blanco, junto con su equipo y colaboradores en la ACT, ahora está
decidido a seguir aportando su parte para el crecimiento del tenis en el país, y es por ello que trabaja día y noche en un nuevo sueño: crear un gran centro de entrenadores.
“Tengo el arte de enseñar, sé como es, cómo se hace, y he sido certificado internacionalmente en países como España, México, Guatemala y Estados Unidos, y ahora quiero que Colombia cuente con un curso sólido y que tenga aval de los ministerios de Educación, Trabajo y Deporte. Me he tomado mi tiempo para presentarlo, pero lo voy a lograr, porque hay muy buenos entrenadores con ilusiones, y debemos seguir preparándolos, como todo en la vida”.
Lo respalda además de su trayectoria, ejemplo y perseverancia, contar con una sede como la ACT, con 11 canchas en polvo de ladrillo, que es considerada una de las mejores de América Latina, moderna, económica, biosegura y agradable, ubicada en San José de Bavaria, cerca de todo y de todos; con programas para niños de jardines infantiles y colegios, y para jóvenes y adultos, y con los mejores entrenadores y un gran equipo administrativo.
